Cosechar agua: el aprovechamiento del recurso hídrico
El principio de la cosecha de agua es una idea sostenida desde hace muchos años y se ha convertido en una medida valiosa para épocas donde el cambio climático ha impacto sistemáticamente múltiples actividades del ser humano.
La cosecha del agua de lluvia consiste en capturar el agua mediante la canalización del recurso desde infraestructuras agrícolas, cubiertas industriales y residenciales, entre otros, en estación lluviosa.
Esta captura de agua es un sistema de aprovechamiento del recurso hídrico disponible, que por ejemplo, en la parte agrícola, protege a los productores en momentos en que las lluvias estacionales ya no son tan estacionales y enfrentan épocas complejas en el suministro de un recurso vital para sus productos y utilización en labores complementarias.
Existen diferentes formas de cosechar el agua de lluvia; dos de las más reconocidas son:
- Los reservorios con geomembrana: se trata de contenedores volumétricos en terrenos que utilizan un geotextil (lámina de PVC adaptada a la geometría de la superficie) que impide la infiltración del suelo para captar y almacenar el agua.
- Tanques cisterna: captando el agua que es evacuada por las canoas conectada a los bajantes y llevando dicho recurso a un contenedor volumétrico para posteriormente canalizarlo según su uso.
Para tomar la decisión técnica adecuada sobre el uso de estos sistemas de cosecha de agua es fundamental conocer la intensidad de las lluvias promediadas en el año en milímetros por hora, el área de captación en metros cuadrados, y finalmente el coeficiente de escorrentía, que se selecciona de acuerdo con el tipo de superficie que recibe el agua, cuantificando el caudal de recepción en la superficie en un evento de lluvia en un tiempo determinado.
Es valioso comprender que esta metodología de sistema es la elaboración de un “traje a la medida” para cada aplicación, donde debe tomarse en cuenta la infraestructura disponible y la ubicación del centro de almacenamiento para conducir las aguas a este punto de interés. También es importante en estos casos utilizar tuberías adecuadas de baja presión, ya que el fluido transita por gravedad dentro de las mismas.
Los usos de estas aplicaciones están asociados a múltiples propósitos como por ejemplo a la irrigación para la agricultura, el aseo doméstico o el lavado de lecherías. También existen casos de fertirriegos con aplicaciones nutricionales, como por ejemplo la aplicación de purines (orines-agua de lluvia y excreta del ganado) a cultivo de pasto, los cuales funcionan como abono orgánico nutricional con contenido de nitrógeno, fósforo, potasio y otros elementos menores.
En la industria los usos más conocidos son el enfriamiento de maquinaria tipo torres de enfriamiento, lavado de aceras o pilas, uso en inodoros, riego de zonas verdes, jardinería o lavado de vehículos, entre otros usos.
Sin duda, la cosecha de agua nos ofrece una medida sostenible hacia el ahorro y aprovechamiento total del recurso hídrico disponible, una solución para la agricultura, la industria o la vida más doméstica, en medio de los impactos del cambio climático.