Por una agricultura para la humanidad: procesos de innovación en la producción agrícola

Las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos presentan datos preocupantes: la cantidad de personas que sufren hambre a nivel mundial podría subir entre 7,6 y 13 millones, mientras que en Latinoamérica y el Caribe el incremento sería de 350.000 a 640.000 personas, en gran medida, como consecuencia del conflicto en Ucrania, que ha generado un fuerte incremento en los precios de los insumos agropecuarios.

Con un panorama así, es imprescindible desarrollar acciones coordinadas de todos los actores relevantes de la cadena de valor que brinda seguridad alimentaria. Tanto la innovación y la creatividad, así como la adopción acelerada de las tecnologías ya existentes son indispensables.

La innovación en la producción nos ayuda a aumentar la seguridad alimentaria para el bienestar de las personas, por ejemplo, con un mejor uso de las tierras de vocación agrícola para cultivos extensivos, utilizando menos agua y menos insumos químicos; probando asertivamente con alternativas complementarias de alto rendimiento como agricultura vertical y cultivos protegidos en invernaderos, que acercan el alimento a las grandes concentraciones urbanas.

Esta técnica impulsa el desarrollo sostenible de las ciudades conservando la biodiversidad, sin necesitar grandes extensiones de terreno. Además, en esas cadenas de valor, la agricultura urbana se hace posible en distancias más cortas, lo que ayuda a la reducción del CO2 emitido al medio ambiente por el transporte.

Los avances e innovaciones en la agricultura permiten monitorear el uso adecuado del agua mediante sensores en campo, monitoreo y control en tiempo real de los sistemas de nutri-riego, principalmente para cultivos extensivos en finca de grandes dimensiones.

Todo esto, complementado con imágenes satelital, ayuda a los agricultores a determinar la cantidad de agua apropiada y evitar el desperdicio de este y otros recursos, ahora con la versatilidad y rapidez de accionar desde un dispositivo móvil.

La gestión del agua es vital en la industria alimentaria para garantizar la mejora en la eficiencia, reducir los costos y el impacto ambiental, por lo tanto, aportar a la seguridad humana.

La gestión moderna y sostenible de la agricultura debe verse potenciada con las alianzas entre empresas privadas que aporten su experiencia y productos de alta tecnología, inversionistas, ONGs, cooperativas, e incluso el Estado. Esta suma de aportes elevaría a Costa Rica como referente mundial por sus buenas prácticas para asegurar la alimentación de su población futura, mientras propicia la exportación como motor de crecimiento económico. 

El Gobierno central tiene un rol clave en estos procesos: divulgando sostenidamente el conocimiento, sensibilizando sobre la importancia del tema, reconociendo la urgencia en accionar soluciones para las futuras necesidades de aumento poblacional y reconociendo los desafíos del cambio climático.

Pero también urge la creación de herramientas prácticas, como facilitar el marco legal para brindar crédito estructurado y así incentivar la adopción sostenida de tecnologías automatizadas de nutri-irrigación, o comunicar en cada temporada las mejores prácticas para cada tipo de cultivo y región productora, de manera que se incentive una sana transferencia de conocimiento y aumente la productividad sustentable.

Sólo así podremos llegar al 2030 en una Costa Rica feliz y bien alimentada.

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