Tecnología para una mejor agricultura
Hoy las herramientas tecnológicas juegan un rol fundamental en todos los aspectos de nuestra vida y se hace cada vez más evidente cómo su acceso puede incidir en la transformación de realidades personales y grupales. La agricultura no es la excepción, la inserción de distintas herramientas tecnológicas a los procesos de cosechar la tierra le han permitido a personas y empresarios potenciar sus emprendimientos, aumentando su eficiencia.
La tecnología es un factor diferenciador y clave del éxito en la industria agrícola, estudios han mostrado que su uso puede aumentar la productividad entre un 30% y 45% frente a las formas tradicionales de cosechar. El uso de software, teléfonos inteligentes, drones o incluso inteligencia artificial pueden ayudar a los agricultores a tomar mejores decisiones, aumentar su productividad, gestionar mejor los recursos y en general incrementar su competitividad. Las ventajas se suman a la necesidad urgente de ejecutar acciones que permitan mitigar la escasez del agua, uno de los principales impactos de la crisis climática que enfrentamos.
Ejemplos del uso de la tecnología para potenciar la productividad agrícola abundan en Latinoamérica: por ejemplo, productores de maíz en México, quienes adoptaron un sistema de riego programado que puede gestionarse a través de Internet. El sistema le permite calcular la demanda de agua de los campos, elaborar planes de riego y enviar órdenes de ejecución en línea. De esta forma ahorran entre 1.500 y 2.000 m³ de agua por hectárea y obtienen informaciones valiosas acerca de la frecuencia con que debía regarse cada plantación para aumentar la productividad.
También se podría mencionar el uso de innovaciones digitales como el monitoreo a través de drones con cámaras infrarrojas para contar los frutos y analizar su estado, tomando en cuenta factores como el color. Esta tecnología es usada por productores de aguacates (palta) en Colombia permitiéndole anticipar los tiempos y volúmenes de su cosecha, así como medir el vigor de sus cultivos y hacer un conteo de frutos más representativo para sus proyecciones.
Lejos de valorarse como un lujo innecesario, las tecnologías asociadas al agro impactan social y económicamente a los productores de la tierra, de ahí lo valioso y necesario de los esfuerzos que unan el potencial de gobierno, sector privado, organismos internacionales, academia, entre otros para fomentar y facilitar la adopción por parte de los pequeños y medianos agricultores.